CEPA BOSQUET, UN VINO BLANCO CON BARRICA Y DE ALMERÍA

Una apuesta atrevida de Cepa Bosquet y de su intrépida enóloga. Un trabajo muy bien hecho teniendo en cuenta la dificultad en la elaboración y afinamiento de estos vinos. La máxima expresión de éstos está en Francia o en el norte de España, buscando acidez y uvas muy recias capaces de enfrentarse a la madera y salir airosas robándole sus esencias y manteniendo parte de su frescura. Virginia, ha conseguido uvas igual de poderosas recolectando aquellas que gracias a la altitud donde se encuentran los viñedos -a mas de 1000 metros- han soportado grandes cambios de temperatura y condiciones extremas, ideales para este tipo de vinos.

Todo ese trabajo que hay detrás es precisamente lo que se percibe en este vino, los matices de la piel de mandarina y la naranja se conjugan con la piña en almíbar y las flores secas. Según se calienta en copa se van abriendo notas fragantes de hinojo y ciertos matices tostados. En boca es denso pero fresco, con matices de jazmín y fruta ácida y deja un largo y sedoso paladar graso y cálido en boca.

Un vino para sacar pecho de nuestra tierra.

 

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