MONTILLA ES CADIZ CON MÁS TINAJAS
Mostos en tinaja, de eso va la historia de esta fábula… y como Esopo pretendo desentrañar la trama con una moraleja final… ¡Acompáñenme por la campiña Cordobesa!, a las mejores albarizas de Moriles Alto y por Cerro Macho o los Parajes de Benavente y Riofrío.
Érase una vez tres hermanos caprichosos que tenían mucha sed. El mayor de todos vivía en el interior y todo lo queria para él. El segundo hermano vivía cerca de un río pequeño, pero no le servía para calmar su sed y el tercero y más pequeño de todos, vivía cerca del «río grande» allí donde el lince y los flamencos observaban curiososos desde la otra orilla.
Jerez, El Puerto y Sanlucar, así se llamaban respectivamente, necesitaban llenar sus barrigas toneleras de litros y litros de mostos frescos cada año que refrescaran sus gaznates que se secaban al final de la primavera cuando el alimento escaseaba y las temperaturas subían, ahí era donde el menor de los hermanos se reía de los otros dos, porque donde él vivía los vientos de poniente lo mantenían fresquito todo el verano y a poco que bebiera era el que mejor se mantenía, de hecho los otros ya peinaban canas y alguna que otra arruga a pesar de los refrescos anuales, mientras que él a lo Dorian Gray «gadita» se mantenía incorrupto en aquel microclima.
Así pues cada año en septiembre los habitantes de las tierras de los alrededores recogían la uva palomino fino y a mediados de noviembre elaboraban con esmero el mosto para darles de beber a sus 3 hijos.
Para celebrarlo en los cortijos de labor los campesinos se juntaban alrededor del ajo, un plato típico a base de miga de pan mojada y ajo con pimiento y tomate, brindando con el mosto y junto a otros platos como la berza, el higado encebollado, o la carrillera en salsa.
Muy lejos de los 3 hermanos, vivia una prima suya rodeada de olivares y de uvas con nombre de señor, Pedro Jiménez. Pasaba unos veranos terribles y también, como era de la familia, necesitaba beber para llenarse la tripa y refrescarse del calor cordobés. Montilla, así se llamaba. Era más humilde, no había conocido los pasados burgueses de tiempos de gloria de sus primos y sus habitantes eran campesinos, gente de campo que vivían de lo que les daba la tierra, el vino y el aceite. Bueno esto no es del todo cierto -he hecho mis averiguaciones- pues en Montilla está la bodega más antigua de Andalucía, fundada en 1729, de la mano de la Familia Alvear,de origen origen noble, que le dio mucho prestigio a la región.
Hoy la sed de Montilla se calma antes, porque aquí la vendimia empieza casi a finales de julio y aquí, queridos amigos, es cuando cambia el cuento…
Tradicionalmente se vendimiaba en septiembre para que el vino tuviera el alcohol suficiente para calmar las necesidades de una Montilla sedienta. Este vino se elaboraba en los lagares de la Sierra, en tinajas de cemento y se dejaba reposar para después darle de beber a nuestra querida prima cordobesa.
También los habitantes del lugar daban buena cuenta de parte de este vino de tinaja en sus reuniones. En este caso, los habitantes de Montilla dejaban en la propia tinaja parte de este vino, no dándole de beber todo el vino de golpe…
¿Y que paso entonces?
Que el patito feo se convirtió en cisne. El vino de tinaja empezó a gustarle mucho a la gente. Era más suave, más ligero, muy fresco, jovial y además evolucionaba al dejarlo en la tinaja y siempre era una sorpresa.
Fue entonces cuando a la propia Montilla se le ocurrió una idea que iba a cambiar la comarca para siempre ¿porqué no le ofrecemos al mundo vinos más jóvenes y a mi me dais de beber el vino de siempre para que siga llenando mi gran barriga centenaria?
Así fue como se empezaron a organizar para empezar con vendimias tempranas y obtener vinos más ligeros en su momento óptimo de madurez y acidez al gusto de bebedores modernos y otra vendimia, más tardía, con mucho alcohol para nuestra Doña Montilla que pudiera darle de beber y pasar así los largos veranos, con el alimento suficiente para mantener viva la delicada primavera que vive en el vientre de Montilla, madre soltera, olvidada y sola, pero renacida y cada vez más empoderada. Colorin colorado este cuento aún no ha terminado.
El mosto del Marco de Jerez es un vino muy ligero de 11° % vol. con ligeros toques de manzana verde y notas punzantes y ácidas muy fácil de beber. La uva palomino en estas elaboraciones no puede expresarse con plenitud y suele ser un vino bastante plano y para tomar de chateo muy jovial pero de vida corta ya que es muy perecedero.
La uva Pedro Giménez en las elaboraciones en tinaja tienen varias notas en común. El vino resultante es muy glicerico característica que se acentúa por las lías propias de la tinaja después de unos meses de permanecía en ella, aumentando su densidad y untuosisdad en boca.
La tinaja tiene crianza biologíca si bien la superficie es muy pequeña en relación al volumen en litros lo que le da una buena relación en cuanto al toque evolutivo.
Las mejores elaboraciones no abusan de la crianza biológica o casi prescinden de ella usando un tapón de vacío que baja según se vacía la propia tinaja como me dijo el propio Miguel, responsable de Lagar Blanco.
Hay verdaderas obras maestras que buscan el equilibro perfecto y embotellan en el momento idóneo de relación frescura/evolucion como Fresquito, de Pérez Barquero. Tuve ocasión de ver y tocar la tinaja del «Fresquito» y observar las anotaciones en tiza del enologo justo antes de su embotellado en la bodega, gracias Adela.
Tinaja La Unión.
En nariz recuerdos citricos y fresco. Denso en boca toque dulzon fácil de beber ligero amargor al final.
Tinaja Los Raigones
Nariz herbal, aceituna, ligeramente alcoholico, muy denso glicerico velo de flor. Agradable. Fino amargor.
Tinaja lagar Blanco
Flores blancas, glicerico sabores suaves a manzanilla de infusion, sutil equilibrado toques afrutados.
Vino casero ecologico 2023
En el bar Tahona de San Antonio
Notas evolucionadas en nariz, aldehidos, piel de uva. En boca entrada suave y sorprendente mente sedoso redondo sin astringentes, velo de flor y fino amargor. Vino que evoluciona en copa abriéndose y dando paso a un vino todavía más sutir y suave.
Lagar La Primilla
En nariz complejos toques de Geranio, hinojo, Flores marchitas y velo de flor, ataque en boca intenso especiado, denso, potente. Redondo en boca con un amargor sutil de recuerdos a fruto seco. Complejo y lleno de matices.
Tinaja Cabriñana
Notas de talco y jabón de tocador, cremoso, en boca, seco, notas de crianza, fino amargor.
Fino Sierra Bodegas La Aurora
Fino al límite de la crianza. En nariz notas de pie de uva, hinojos sutil crianza bajo velo, geranios y flores marchitas. En boca dulzon y alcoholico.
Fino Pompeyo Bodegas Navisa 7 años
Especiado en nariz, balsámico yodado, fresco, cítrico, glicerico, notas de caramelo, en boca es suave amielado, fino amargor, balsámico con retrogusto muy acentuado de sus balsámicos con ciertos toques de frutas blancas al licor.
NOTA: EL MOMENTO OPTIMO PARA EL CONSUMO DE LOS TINAJAS DEBE SER ANTES DE LA SUBIDA DE LAS TEMPERATURAS VERANIEGAS Y POR TANTO CAIDA ESTREPITOSA DEL VELO DE FLOR. MAYO.
Este año especialmente templado estoy encontrando aún maravillas pero se percibe ya cierta evolución en algunos vinos con tendencia a su declive.
Cata realizada el 10 de junio de 2024