¡MI CUÑADO, HACE UN ARROZ… !
He llegado a pensar que hay en España más recetas de arroces que cuñados y más entendidos que granos de arroz. En lo único que nos ponemos de acuerdo es… en nada.
Nos gusta mucho el arroz, aunque la fama se la lleven los chinos, nos gusta caldoso, con verduras, a banda, seco, con carne, tirárselo a los novios en las bodas, en empedrao, en la morcilla, con pescado,a la cubana, con marisco, a parte, al horno, con ali-oli, con costra, con garbanzos, con lentejas y hasta con leche…
Cada familia tiene sus reglas, leyes inquebrantables, que solo son transmitidas a un vástago/a de cada familia y éste o ésta deberá guardarlas con recelo hasta que elija a uno de sus descendientes, el más ducho, para confiarle su secreto más preciado. Es la espada sagrada que solo puede blandir el heredero más habilidoso.
La familia de mi mujer y por ende la mia, no iba a ser menos y cuenta la leyenda que el abuelo Paco podía hacer arroz hasta con una lechuga. Hoy el títo Paco (su hijo menor) es el que ha cogido la rasera sagrada y todos disfrutamos de tus arroces, por supuesto como el arroz de mi títo Paco ¡no hay ninguno!
La magia del arroz es que nunca se come solo y siempre que se hace arroz es para muchas personas y es motivo de reunión y se celebra siempre con alegría.
Por supuesto, una ley no escrita es que mientras el cuñao está haciendo el arroz, todos y cada uno de los comensales se acerquen birra en mano de uno en uno y mientras miran con condescendencia al arroz, le susurren al oído aquello de:
El arroz no se mueve jamás, lo sabes, ¿no?
La carne hay que tostarla bien, parece que está crudilla
Parece que le falta agua
No se te ocurra echarle cebolla
Lleva muchos jaleos, eso no se lo van a comer los niños
¿Has pelado el tomate?
Eso va a ser poco arroz, con todos los que estamos ¿no crees?
El pimiento verde va solo con la carne, ¿lo sabias, verdad?
Hay que sofreír primero el arroz
Uy, se ve muy aceitosillo
El agua hay que echársela siempre hirviendo
Parece que huele a quemaillo
¿No has tostado en azafrán?
El pimentón hay que echarlo al final que amarga
La medida son dos puñaos por cabeza
¿Qué le has echado al majaillo?
El agua, la que admita, te lo dice el mismo arroz…
Y es que para hacer el arroz hay que ser un elegido, un erudito, con nervios de acero y temple de artificiero… por eso…
¡NO VOY A ESCRIBIR NINGUNA RECETA DE ARROZ!
Os paso el testigo y os invito a que me mandéis vuestras recetas y asi todos podamos criticar, digo disfrutar de nuestras elaboraciones.
Mandad vuestras recetas a: fisiofgc@hotmail.com




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